La actriz que interpreta a Rosmery Peláez contó detalles desconocidos de la producción. No solo se refirió a la empresa de los Ferreira sino también a la pensión de doña Maritza. ¡No creerás dónde estaban ubicadas!
1. Alargue y más alargue
Según su director Andrés Marroquín la telenovela inicialmente fue concebida para 100 episodios de una hora, pero dado su éxito se alargó a 120, luego a 140 y finalmente quedó en 160 capítulos. La extensión de la historia solo da cuenta de su indiscutible éxito que hoy 14 años después la mantiene con buenos números de rating.
Sigue a la Revista Vea en WhatsApp2. Muchos llamados, pocos escogidos
La rigidez de su cuerpo y la manera cómo manejó este aspecto el actor argentino Martin Karpan fue lo que le permitió quedarse con el personaje de Andrés. Así lo recuerda el director que en el casting supo que Karpan podría además imprimir una buena dosis de comedia en su interpretación.
Aquí las noticias que son tendencia
3. La chanda
La chanda, que corresponde a la mascota de la historia, fue lo más difícil de manejar en escena y no siempre se logró que el animal hiciera lo que estaba acotado en el libreto, a pesar de que había un entrenador canino con el animal. Para las grabaciones no se usó un único ejemplar sino un par y naturalmente eran muy parecidos.
También te puede interesar: Todo lo que no sabías de El hijo del cacique
4. Estudio fuerte
Una buena parte de la producción de la telenovela se realizó en estudio. Las grabaciones ocurrieron en su mayoría en Bogotá en barrios como Rafael Núñez. La fachada de Mundo Express se grabó en lo que se conoce como el complejo acuático de la ciudad. Tantos las oficinas como las casas de los personajes se montaron en estudio de Caracol de La Floresta.
5. Cómico, pero no tanto
El éxito de la historia fue tal que trascendió fronteras y fue comprada en México donde hicieron su propia versión. Lo curioso es que allí inicialmente al aire no funcionó tanto, razón por la cual viajaron algunos de sus creativos, incluido Andrés a tierras aztecas y descubrieron que allí le habían subido bastante el tono a la comedia y se habían olvidado del drama. Para Marroquín el éxito estaba justamente en dosificar los dos géneros. En México hicieron los ajustes necesarios y la historia logró buen desempeño. “La clave es que es divertida, pero a la vez emotiva”, dijo Marroquín.
6. Final de fiesta
Cuando terminaron las grabaciones de la novela el equipo de producción y el elenco celebraron con una inolvidable fiesta. Reunieron dinero y realizaron rifas. La fiesta convocó a más de 200 personas, que trabajaban en las dos unidades.
7. La época de autógrafos
La novela se grabó en una época en que aún no era tan populares las seflies, así que era usual pedir autógrafos. Un día de grabación en el tradicional Gran San del centro de Bogotá resultaba muy complejo para grabar, así que Jhon Alex Toro, el protagonista se paró con megáfono en mano solicitando colaboración para poder trabajar. Los comerciantes colaboraron con la promesa de que al final John firmara y se fotografiara con ellos. Así el actor estuvo dos horas al final de la jornada dando autógrafos.