La genial Amy Winehouse fue encontraba muerta en su apartamento, en Londres, el 23 de julio de 2011 y en su autopsia consta que su fallecimiento se produjo por ‘intoxicación etílica accidental’. Las miradas se volvieron hacia el hombre con quien protagonizó un amor lleno de excesos.
Se conocieron en 2005 en un bar. Ella tenía 21 años y era reconocida por su disco Frank, trabajo discográfico que había lanzado dos años antes. Blake Fielder-Civil era auxiliar en una productora de videoclips. Aunque tenía pareja, esto no fue impedimento para que esa noche comenzara una historia entre ellos. El nuevo acompañante de Amy provocó en ella no solo amor, sino un nivel alto de codependencia y de total abandono, al punto de tatuar su nombre en su seno izquierdo, solo un mes después de conocerlo y de cortarse, para sentir lo mismo que él, en una ocasión en que resultó herido en una noche de desenfreno.
Sigue a la Revista Vea en WhatsAppCuando, un año después de estar juntos, Kevin decidió terminar su relación, pues quería volver con su ex, sumió a Amy en una mezcla peligrosa de sentimientos, pues consideraba que no podía vivir sin él. “Cuando rompimos, me volví completamente loca, era una imprudente. Enloquecí”, recordó en esa época la artista, que bebía mucho, veía a su amado en todas partes, estaba deprimida y empezó a experimentar los primeros síntomas de la bulimia. Su dolor lo plasmó en Back to Black, el álbum que la catapultó a la fama, pero, aunque salió con otras personas, entre ellas, el músico Alex Clare, Kevin no salía de su mente, pues como la artista repitió en varias ocasiones, no podía vivir sin él. Efectivamente, Felder-Civil volvió a entrar en su vida, un año después de la ruptura, y esta vez fue para contraer matrimonio. Se casaron el 18 de mayo del 2007, en Miami, pero su boda no mejoró la relación tóxica que vivían.
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Amy Winehouse y Blake Fielder-Civil se conocieron en 2005. Ese día nació su amor.
Amy y Blake se agredían físicamente
Con Blake, Amy, que ya bebía, probó por primera vez el crack y la heroína y con el tiempo, su adicción se salió de control, tanto que después de su primera sobredosis, tuvo que entrar a rehabilitación. Las peleas de la pareja eran el pan de cada día de los paparazzi, que odiaban, pero que ya estaban acostumbrados a verlos con señales físicas de sus ‘batallas campales’, entre ellas moretones y arañazos. Para sus colegas esta situación no era desconocida, y es famosa una historia sobre Prince, que viendo lo destruida que estaba la artista, a quien le faltaban dientes, ofreció rescatarla para que huyera de su pareja.
Pero Amy no podía estar sin su esposo. Consumida por el alcohol y las drogas, incumplía sus presentaciones, pues decía, que no era capaz de subir al escenario sin su compañía, pero eso no era posible, pues había sido arrestado por violencia (no contra su esposa) e intento de soborno.
La cantante, nacida en Londres el 14 de septiembre de 1983, se sometió a una nueva desintoxicación, en 2009, en la isla de Santa Lucía. Josh Bowman, un nuevo amor apareció en su vida y Blake le pidió el divorcio. La artista, ahora libre, seguía luchando contra las adicciones, de la mano de Reg Traviss, pero su problema con el alcohol seguía siendo incontrolable, tanto que en 2011 tuvo que cancelar incluso su gira, pues durante uno de sus conciertos, en Belgrado, no podía pronunciar ni una sílaba en el escenario. Se dice que con este último estuvo comprometida en matrimonio, pero también se rumoró que su relación había terminado poco antes del fallecimiento de la artista.
Así fue su última charla
Un mes antes de su muerte, Amy Winehouse tuvo su última charla con su gran amor, que estaba de nuevo en la cárcel, por posesión de arma de fuego y robo. En su conversación telefónica prometieron estar juntos y no perderse jamás, pero la intérprete de Rehab no lo logró.
Luego del deceso de la genial artista, todos culparon a Blake, quien decidió hablar, después de mucho tiempo, de su vida con la artista y de su responsabilidad en su declive y muerte, argumentando que no sería el único que ‘contribuyó' en el fatal desenlace. Lo hizo con Good Morning Britain, medio al que le dijo que el 14 de septiembre le ‘había deseado’ un feliz cumpleaños a Amy. “No puedo cambiar lo que otras personas sienten al respecto, pero personalmente necesitaba dejar de cargar esa cruz. Yo mismo he cargado con eso durante más de diez años. Para ser honesto, siento que soy la única persona dentro de esta historia que alguna vez se ha responsabilizado, que alguna vez ha tratado de decir: ‘Sí, cometí algunos errores enormes’”.