Siempre ha sido fanática de las mochilas, pero hay una que guardaba con mucho cariño, y que encontró en esta cuarentena. “Es rosada, pintada a mano, y tiene un paisaje de La Guajira. Me la regaló mi comadre Lira Britto, una mujer muy especial para mí”. Es tan importante, que esperó el momento para usarla. Pero ahora, se dio cuenta de que, cualquier instante de su vida es perfecto para llevarla puesta.